La principal aportación del automóvil a la sociedad moderna es la libertad de movimiento individual, tanto para ir a cualquier sitio –puerta a puerta– como, sobre todo, para hacerlo cuando se quiera y con quien se quiera. Estos tres factores definen la diferencia entre el coche particular y el transporte colectivo, ya sea público o privado. Pero mientras los automóviles actuales permiten disfrutar estos servicios sin limitaciones, los eléctricos solo lo pueden hacer, por ahora, en el ámbito urbano. Y, aparte de un precio muy superior, presentan carencias que les impiden cumplir como coche único familiar.