La apuesta del Gobierno de Sánchez por impulsar la circulación del vehículo eléctrico en España choca con la realidad que se observa en las carreteras y ciudades del país. Son pocos los coches alimentados con electricidad que ocupan las calzadas, quizá porque faltan infraestructuras que impulsen su desarrollo, quizá porque su precio no está al alcance de cualquier bolsillo.
Las estadísticas que publica Anfac, asociación española de fabricantes de automóviles y camiones, hablan de un destacado crecimiento de las matriculaciones de coches eléctricos en España durante los siete primeros meses de 2018. El incremento se cifra en un 90,87% respecto al año anterior, y se disparan hasta el 400% si este volumen se compara con las matriculaciones que se realizaron en 2014.