El coche autónomo está aprendiendo la lección
Ser un promotor de una tecnología no siempre equivale a ganarse la vida con ella. Si se desglosan los resultados de Intel en el 2019, la subsidiaria Mobileye, empresa israelí adquirida hace años por 15.000 millones de dólares, ha aportado sólo 879 millones, el 2,3% de lo facturado por el gigante californiano. Pero con un crecimiento (26%) que ya quisiera para sí cualquier otra de sus unidades de negocio
Mobileye se especializa en algunas de las avanzadas tecnologías que van a confluir en algo que todavía no existe, pero de lo que se habla y escribe cada día, el coche autónomo. Mientras llega el momento, suministra a la industria de automoción elementos que adelantan ese futuro: sistemas ADAS (asistencia al conductor, en la siglas en inglés). Desde el 2008, ha despachado un total de 54 millones de chips EyeQ para ser instalados en unos 300 modelos de vehículos de 27 marcas. En su estado actual, los sistemas ADAS corresponden al estándar conocido como L2+ o de “autonomía condicional”.
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Fuente: La Vanguardia