La demonización del diésel o la llegada al mercado de nuevos coches eléctricos con los que se pretende que esta tecnología poco a poco vaya teniendo más peso en el mercado son solo dos curiosidades que con el tiempo pasarán a formar parte de la historia de la automoción.
Hasta el día de hoy, y con los sistemas de ayuda a la conducción (ADAS) que nos anticipan un futuro basado en el coche autónomo o semi autónomo, hay un largo recorrido plagado de anécdotas que forman parte de la historia de los coches, tal y como hoy los conocemos.
Por ejemplo, España se ha convertido en uno de los países más relevantes en la producción de automóviles, con plantas modernas basadas en la fabricación en cadena. Un sistema que nació en 1908, cuando Ford inició la comercialización de su modelo T, el primer coche producido en cadena. Su bajo coste de fabricación y la reducción de precios debido al gran número de unidades producidas fomentó el acceso a los vehículos a motor a la clase media. Ford inició una nueva cadena de montaje inspirándose en las fábricas de fusiles, y pronto el Ford T comenzó a ganar popularidad frente a sus rivales y a copar el mercado. Además, fue el primer vehículo en incorporar radio. El Ford T siguió fabricándose hasta el año 1927.