En diversas zonas del hemisferio norte no solo se presentan nevadas regulares, sino también intensas olas de frío, por lo que la conducción de un vehículo se hace muy difícil en estas condiciones adversas y hace que para muchos el conducir se convierta en un verdadero tormento. El invierno es la estación del año donde escasea la luz diurna y esto hace que las posibilidades de sufrir un accidente de tráfico aumenten considerablemente. Esto sin contar el hecho de que cuando nos subimos a nuestro vehículo nos conseguimos con un parabrisas lleno de vaho, el volante está frío y otras cosas como el que la calefacción se tarde mucho para llegar a la temperatura interna ideal o el motor nos dé una mala pasada. Durante estos momentos es donde nuestra paciencia se pone a prueba. De ahí que a la hora de conducir en condiciones de frío extremo hay que seguir diversas recomendaciones que nos dan los expertos y los fabricantes de autos para poner nuestro coche a punto y estar preparados por si se nos presenta algún imprevisto.