Baleares dio ayer un paso que la sitúa en la punta de lanza de la lucha contra el cambio climático. El Parlamento autonómico aprobó, con los votos en contra de PP y Ciudadanos, la ley de cambio climático y transición energética que prohíbe la venta y entrada en las islas de coches y motos diésel a partir del 2025 y de gasolina en el 2035, además de prever que el 85% de la energía eléctrica consumida en el 2030 provenga de fuentes renovables.
La transición es más acelerada incluso que la prevista en el anteproyecto de ley de cambio climático que ultima el Gobierno, y equiparable a las medidas que están tomando los países europeos más avanzados, como Noruega o Países Bajos. Ya ha sido elogiada, entre otros, por el principal think tank europeo contra el calentamiento global, la European Climate Foundation.