Todo el sector del motor coincide: este es un momento histórico, disruptivo para el automóvil. Los fabricantes se enfrentan a la obligación de reducir sus emisiones de gases un 35% para el 2030, objetivo que se marcó la Unión Europea a principios de este mes. La meta final resultó ser una solución intermedia entre lo que pedían las automovilísticas y la Comisión Europea, que era una disminución de las emisiones del 30% (posición defendida por Alemania y los países del Este) y el 40% que exigían los grupos ecologistas y el Parlamento Europeo (apoyados por Suecia, Italia, Reino Unido y Francia). Para cumplir dicha meta, el sector considera clave desarrollar aún más la movilidad electrificada.