Después de una década en la que las emisiones de dióxido de carbono producidas por el automóvil no han dejado de reducirse, los resultados de 2017 reflejan por primera vez una tendencia negativa. Y es que el año pasado la polución media de CO2 de la industria en Europa se situó en 118,1 g/km, tres décimas de punto por encima de los 117,8 gramos con los que se cerró 2016. Para la consultora JATO, las claves del cambio están en la caída de ventas de los modelos diésel, que emiten menos CO2 que los de gasolina, y en el auge de los SUV o familiares de estilo campero, que por su mayor tamaño, peso y aerodinámica menos eficaz consumen más que los turismos.