La venganza puede tener un doble filo. Normalmente los conductores están acostumbrados a ser fotografiados por los radares de tráfico cuando comenten una infracción. Esto puede llevar a pensar lo que pasaría si, por una vez, son los conductores los que se deciden a tomar una fotografía del radar situado en la carretera. Pues ya lo avanzamos: no es una buena idea.