La nueva generación de baterías de estado sólido permitirá disponer de 100 millones de coches eléctricos para 2028 y potencias de carga de más de 500 kW
La preocupación por quedarse sin batería es aún una de las barreras más importantes a superar por la industria de las baterías y de los coches eléctricos para la mayoría de los usuarios que se plantean comprar un coche nuevo para sustituir a su vehículo de combustión interna.
Pese a esto, la mejora continua de la tecnología de las baterías y los nuevos procesos de producción permitirán que en el año 2028 exista un parque de 100 millones de coches eléctricos en el mundo.
Para reducir esta preocupación, un incremento de la autonomía de los vehículos eléctricos se ha imprescindible. Las baterías tendrán que ser más seguras, baratas y rápidas de cargar, además de disponer de una alta densidad energética para conseguir una mayor autonomía por carga, y ocupar el mismo espacio físico en los vehículos.